El jueves pasado salí de la facultad de Económicas de Málaga a las 20:45. Me dispuse a comprar un bote de mostaza. Y llegué a la calle Frailes que está de camino a la parada de autobús 11.
Primero, pregunté en una carnicería árabe, bien iluminada y limpia. No tenían.
Después, me paré en una tienda española de comestibles donde principalmente tenían verdura y fruta. Pregunté y no tenían en ese momento.
Al final de la calle llegué a una pequeña tienda china, la más pequeña de las tres. "¿Tienen mostaza?, dije. Y me vendieron un pequeño bote de la marca Heinz por un euro.
Así, funcionan los negocios.
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