Thursday, April 12, 2012

Nacionalismo vs. patriotismo económico

Hoy estuve en una conferencia que dio el futuro licenciado Federico Carril. Aunque sólo estuve parcialmente en la conferencia (tenía otros deberes que atender), fue una interesante conferencia sobre la historia económica de Argentina. Al llegar a casa, leí la noticia de que el Gobierno de la República del Río de la Plata se disponía a expropiar YPF de las manos de la empresa española de hidrocarburos.

Y recordé, que en la conferencia, surgió la palabra nacionalismo, como la necesidad de saber apreciar lo bueno del propio país, sin despreciar a los extranjeros.

Ahora recuerdo vagamente lo que estudié con el profesor Gonzalo Redondo de la universidad de Navarra sobre nacionalismo y patriotismo. Y creo que sería bueno usarlo como inspiración para ver hablar de una vertiente económica de ambos conceptos.

El nacionalismo económico está dirigido por el sentimiento, por las pasiones, por el orgullo y por la idea de que los intereses nacionales están por encima de los principios morales. En ese marco, el nacionalista económico no respeta las leyes, ni las nacionales ni las internacionales. El nacionalista económico protege la producción nacional con todo tipo de trabas aduaneras, cuotas, aranceles, controles, papeleo... El nacionalista económico no admite a los extranjeros y en aras de una supuesta defensa de los trabajadores nacionales, no deja entrar a inmigrantes. El nacionalismo económico privilegia la producción nacional mediante subvenciones, por el mero hecho de ser nacional, no porque sea beneficiosa para los consumidores. El nacionalismo económico demoniza no sólo a los obreros extranjeros, sino a las empresas extranjeras, y desprecia no sólo los productos extranjeros, sino cualquier idea extranjera. ¿Por qué? Porque no pertenece a la nación o al clan, a la tribu, al pueblo, a la aldea...

El patriotismo económico es distinto. El agente económico (es decir, el hombre) primero piensa con prudencia qué es lo bueno y qué es lo malo. Después empieza a saber apreciar lo que de bueno uno tiene (pero sin fantasear y con humildad), después empieza a apreciar lo de bueno tiene la familia, los amigos y la nación (formado por hombres) en la que uno está insertado. También aprecia los bienes de la patria (el lugar donde fueron enterrados sus padres), no sólo los paisajes, sino los edificios, los productos, los servicios, los logros científicos, el patrimonio intelectual o espiritual del país... El patriota económico está guiado por su deseo de hacer el bien y comparte las riquezas de su patria con la esperanza de que los extranjeros lo sepan apreciar y se implique en su protección y hacer fructificar ese patrimonio. El patriota económico sabe apreciar lo bueno de otros países, no porque sean de otros países, sino porque piensa primero en qué es lo bueno, si realmente es lo que más le conviene, y después, lo obtiene.

Los nacionalistas se cierran y no admiten nada del extranjero. Esto es lo que hizo el dictador español Francisco Franco. Hasta 1959, España estaba cerrada por culpa de su enorme orgullo y la miseria atenazaba a la mayoría de los ciudadanos, después un puñado de ministros (Rodó, Navarro Rubio, Ullastres) con buenos equipos decidieron tomar las riendas y empezaron a abrir el país. Con ello España empezó a despegar.

La nación argentina deberá pensar porque sus gobernantes malvenden su patrimonio, y después, haciendo uso de la ley, deberá poner las cosas en su sitio. Si sus representantes políticos hacen uso de la ley para apoyar una inmoralidad, como por ejemplo un robo, bajo el eufemístico término de expropiación, espantarán a los inversores extranjeros. También los argentinos tendrán que pensar que la economía es como la amistad si se pierde la confianza se pierde la oportunidad de hacer grandes proyectos juntos.
Repsol debería darse cuenta de que si compran a precio de saldo (13.437 millones de euros, hay argentinos creen que eso es barato) una empresa que realmente es valiosa e importante para quien se lo compró, las reacciones de sentirse abusados puede tentar a las pulsiones expropiadoras de gobernantes populistas.
Ahora, por delante hay una enorme operación de relaciones públicas para demostrar que YPF bajo el mando de Repsol es bueno para los argentinos, de lo contrario, otros lideres populistas harán lo mismo que Cristina Fernández de Kirchner.

Wednesday, April 04, 2012

Preguntas y más preguntas

¿Podría ser que los Presupuestos Generales del Estado de 2012 sólo estén enfocados al pago de la deuda? ¿Hay algún plan industrial nacional a la vista? ¿Se está desincentivando la economía que tiene más futuro, la del desarrollo tecnológico? ¿Se está pensando seriamente en una reforma del Estado (incluyo Comunidades Autónomas y entes locales) para hacerlo más pequeño pero más eficaz? ¿Qué actividades económicas está incentivando el Estado? ¿Es razonable que en distintas parte del estado se paguen más o menos impuestos? ¿Si es admisible, cuánto de admisible resulta la diferencia entre unas y otras zonas? ¿Hasta dónde llega la responsabilidad de las Comunidades Autónomas en el control del gasto? ¿El Estado no puede límites al gasto de la autonomías con la misma contundencia que lo hace con los ayuntamientos?
Mientras tanto, estoy a la espera de que el sistema financiero (víctima de su política de créditos) se ponga a funcionar, que el Estado pague a sus proveedores y que, así, la reforma laboral empiece a ser útil para empleadores y empleados.