Saturday, August 22, 2009

Ver la realidad alimenta el optimismo.

Hay muchos políticos, autoridades e, incluso, algún amigo que consideran que lo peor ha pasado. No estoy tan seguro. En España es muy difícil que salgamos de la crisis si no creamos empleo de forma sostenida (la forma práctica de acabar con la crisis).
Hay quien cree que la crisis termina cuando un (o varios) índice económico da un (o varios) dato positivo. Yo creo que una crisis acaba bien cuando se dan soluciones a las dudas que aparecieron en el sistema económico. En España, no se ha abandonado la idea de que la especulación inmobiliaria es una forma legítima de prosperar sin consecuencias negativas en la sociedad. Ese es uno de los elementos originarios de la crisis, porque se olvida de que la economía debe satisfacer las necesidades de las personas sin que sea a costa de nadie.
No tengo claro de que en EE.UU. los bancos estén libres de deudas, aunque tengan beneficios.
No tengo claro de que se intente cambiar de modelo económico en España y se beneficien a las constructoras (la vieja economía del ladrillo) con dinero público.
No veo que los bancos españoles estén concediendo prestamos a las PyMES con un interés aceptable.
No veo el futuro del dolar de EE.UU. nada claro, y algunos lo ven muy negro.
Suponiendo que nuestros cerca de tres millones de funcionarios españoles tengan el sueldo que merecen o hagan lo que deben.
Para colmo nos arriesgamos a que hayan disturbios civiles que agraven la crisis.
No veo que el peligro de productos financieros de alto riesgo haya acabado en la bolsa.
En estos momentos, alguien debería echar un vistazo a un manual de historia. Nos vendría bien.
Sin embargo, soy optimista, porque los medios de comunicación por internet nos permiten ver las dificultades, analizarlas, y así solucionarlas (siempre que haya voluntad).

Saturday, August 15, 2009

Nuevos empleos, viejas ideas...

Entre ayer y hoy, empezó la feria de Málaga. Antes de que empezasen los fuegos artificiales, me di un paseo con unos amigos por calle Larios.
La calle Larios es peatonal y pequeña (cerca de 300 metros de largo), pero posiblemente desde un punto histórico la más importante de Málaga. Desde el punto económico, está plagado de entidades financieras, tiene heladerías, (al menos) un hotel, (al menos) una joyería, una relojería... y bancos donde sentarse. Durante la feria, está calle es la puerta de entrada a la "feria de día" (o del centro).
Y anoche, vi ciertos indicadores económicos en esos 300 metros. Vi el triple de estatuas vivientes que el año pasado, vi tres vendedores de biznagas debidamente uniformados (lo que no vi el año pasado), y vi a un pintor genial (no usa el pincel, sino un dedo) que en vez de tener cola para vender su creaciones (como el año pasado), le sobraban obras de arte para vender. Yo compre una, porque el tío es un fiera y mi madre se lo merecía.
En fin, como se ve, la falta de ideas y posibilidades crea empleos de dudosa productividad y la falta de dinero no anima el consumo.

Thursday, August 13, 2009

Caritas in veritate, unas páginas de sensatez

Benedicto XVI dio a la humanidad (y no sólo a Obama) algo para leer este verano. Me pregunto a cuánta gente pidió ayuda para escribir un texto tan largo y tan completo (79 puntos). Es un texto de un fuerte y marcado contenido social y económico. Son tiempos de crisis y a la Iglesia le preocupa lo que ocurre. El Papa ha decidido afrontar este tiempo con sensatez.

El texto merece la pena ser leído y releído. Para un periodista económico se hace especialmente importante, porque se da una lista de temas que influyen en el bienestar de las persona y en la sanidad del sistema económico.

Hay frases en la encíclica, dignas de ser enmarcadas:

"Pero ¿qué significa la palabra «decente» aplicada al trabajo? Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación. " (Punto 63)

Ya sé. La frase es larga, pero honestamente deseo que todos tengamos un trabajo decente. Hay más... tal vez las comente en otra ocasión.